La guerra y la navegación aérea
Mañana, 2 de julio de 2012, se
celebran 138 años del nacimiento de Pedro Eleodoro Paulet Mostajo. Por esa
razón, el diario El Comercio, en su suplemento El Dominical, publicó hoy un
artículo nuestro que lleva el mismo título del que Paulet escribiera en 1909
para la revista que dirigía, Ilustración Peruana. Como homenaje al sabio,
publicamos a continuación la versión completa de nuestra nota.
En 1909, el precursor
aeroespacial Pedro Paulet propuso desarrollar aeronaves propias para disuadir a
los posibles adversarios pero, sobre todo, para darles usos pacíficos. Así fue
pionero también en plantear el aprovechamiento de la tecnología de guerra en la
ciencia, la industria y el comercio del país.
Álvaro Mejía (*)
Ese año, el Perú atravesaba una
severa crisis económica. Las hostilidades de Chile contra los compatriotas que
poblaban las provincias cautivas de Tacna y Arica se habían intensificado,
poniéndonos una vez más al borde de la guerra. Sin contar con que paralelamente
Ecuador hacía reclamos en torno a la delimitación de la frontera común con
nuestro país.
Ya que nuestra débil situación
financiera dificultaba que el Estado pudiera comprar barcos de guerra, un grupo
de ingenieros y oficiales de Marina fundaron, el 28 de agosto de 1909, la
Asociación Nacional en Pro de la Marina con la misión de recolectar fondos para
adquirir las naves necesarias.
Uno de esos ingenieros, Pedro
Paulet, integró el primer directorio de Pro Marina. Adelantado, como siempre,
proponía ya la implementación de un servicio aeronaval. Se presume que la
carátula del primer número de Pro Patria, boletín de Pro Marina, fue obra suya.
En la ilustración, los tripulantes de un globo aerostático con bandera peruana
avistaban en el mar a buques enemigos. El titular rezaba: "¡Hay que armarse!".
Su autoría parece confirmada por
el artículo La Guerra y la Navegación Aérea, documentado análisis donde Paulet
pasaba revista a todos los tipos de aeronaves existentes y, atendiendo a
nuestras carencias económicas, ofrecía como solución inmediata emplear globos
aerostáticos para divisar tropas y barcos. "Desde 1000 metros de altura,
se distinguen perfectamente las formaciones, las baterías, la caballería y
todos los elementos de un plan de ataque". Y submarinos "a varios
centenares de metros bajo las olas, cualquiera que sea su agitación, lo que no
es posible obtener a bordo de un acorazado". Para mayor sorpresa, el sabio
estaba abocado a la construcción de un submarino, como revela una carta de
ese mismo año dirigida al ingenieroTeodoro Elmore.
La Guerra y la Navegación Aérea
concluía en que las aeronaves ideales para nuestra fuerza armada eran los
dirigibles, que servían no solo para el reconocimiento, sino para dejar caer
sustancias explosivas y eran difícilmente combatidos salvo por los propios
dirigibles. Pese a ello, Paulet no estaba completamente convencido de que el
Perú debería importarlos del extranjero, apostando por el desarrollo de una
tecnología propia.
"Lo que deben sobre todo ya
no nuestros patriotas sino aún los hombres de deportes y de estudio, es formar
un club de aerostación, que serviría no solo para fomentar los esfuerzos
meritorios de nuestros inventores sino también para formar aeróstatas, que
serán útiles tanto ya en la emergencia de una guerra cuanto en tiempo de paz, a
la industria, al comercio y a la ciencia."
Se refería a él mismo, que había
diseñado una nave espacial años antes en Europa; a Carlos Tenaud, quien inventó
en Francia un singular aeroplano; y a Adrián Solórzano, afroperuano que inventó
en Tacna un pequeño biplano que consiguió elevarse algunos metros del suelo.
Entre otros.
El club de aerostación se
materializó en 1910 bajo el nombre de Liga Pro Aviación, después que Jorge
Chávez sobrevolara Los Alpes por primera vez en la historia de la humanidad. Con
entusiasmo por la hazaña, la Liga Pro Aviación consiguió que Juan Bielovucic,
peruano formado en Francia como aviador, viniese a realizar el primer vuelo de
un aeroplano en Lima en enero de 1911. Evento cuyo éxito dio origen a la Fuerza
Aérea Peruana.
Paulet sabía que su invento
estaba adelantado a su tiempo y solo sería posible en una sociedad
industrializada. Pese a su prédica por industrializarnos, nunca consiguió las
condiciones para realizarlo en el Perú. Irónicamente, en los años 1930, Wernher
von Braun, de la Sociedad Astronáutica Alemana, aplicó su invento de un motor a
reacción en misiles y, décadas después, en el lanzamiento del Apolo XI, para la
NASA.
No obstante, nuestras
posibilidades de una sinergia entre la guerra y la tecnología siguen abiertas.
El Perú debe y puede aprovechar su actual bonanza económica. Si los países
vecinos ponen en órbita satélites con fines bélicos pero también para impulsar
la ciencia, el comercio y la industria propios, el Perú no puede quedarse
atrás.
JUAN BIELOVUCIC
Juan Bielovucic se convertiría en
1913 en "el vengador" de Chávez al sobrevolar los Alpes por la misma
ruta que siguió su amigo. Aunque se le apagó el motor en pleno vuelo, pudo
planear y aterrizar exitosamente. Luego peleó en la Primera Guerra Mundial por
Francia, en el famoso escuadrón aéreo Las Cigueñas. Francia lo considera un
héroe. En 2013, los peruanos debemos celebrar el centenario de su hazaña.
(*) Vicepresidente de la ONG
Círculo de Arena.
NOTA DEL EDITOR
Se agradece aporte del señor
Presidente de PROMARPE Sede Central, por la edición virtual del artículo
publicado el 01/06/2012 en el Dominical del Diario El Comercio.
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