miércoles, 18 de julio de 2012

Pedro Paulet: Promarino precursor aeroespacial


La guerra y la navegación aérea

Mañana, 2 de julio de 2012, se celebran 138 años del nacimiento de Pedro Eleodoro Paulet Mostajo. Por esa razón, el diario El Comercio, en su suplemento El Dominical, publicó hoy un artículo nuestro que lleva el mismo título del que Paulet escribiera en 1909 para la revista que dirigía, Ilustración Peruana. Como homenaje al sabio, publicamos a continuación la versión completa de nuestra nota.

En 1909, el precursor aeroespacial Pedro Paulet propuso desarrollar aeronaves propias para disuadir a los posibles adversarios pero, sobre todo, para darles usos pacíficos. Así fue pionero también en plantear el aprovechamiento de la tecnología de guerra en la ciencia, la industria y el comercio del país.

Álvaro Mejía (*)

Ese año, el Perú atravesaba una severa crisis económica. Las hostilidades de Chile contra los compatriotas que poblaban las provincias cautivas de Tacna y Arica se habían intensificado, poniéndonos una vez más al borde de la guerra. Sin contar con que paralelamente Ecuador hacía reclamos en torno a la delimitación de la frontera común con nuestro país.

Ya que nuestra débil situación financiera dificultaba que el Estado pudiera comprar barcos de guerra, un grupo de ingenieros y oficiales de Marina fundaron, el 28 de agosto de 1909, la Asociación Nacional en Pro de la Marina con la misión de recolectar fondos para adquirir las naves necesarias.


Uno de esos ingenieros, Pedro Paulet, integró el primer directorio de Pro Marina. Adelantado, como siempre, proponía ya la implementación de un servicio aeronaval. Se presume que la carátula del primer número de Pro Patria, boletín de Pro Marina, fue obra suya. En la ilustración, los tripulantes de un globo aerostático con bandera peruana avistaban en el mar a buques enemigos. El titular rezaba: "¡Hay que armarse!".

Su autoría parece confirmada por el artículo La Guerra y la Navegación Aérea, documentado análisis donde Paulet pasaba revista a todos los tipos de aeronaves existentes y, atendiendo a nuestras carencias económicas, ofrecía como solución inmediata emplear globos aerostáticos para divisar tropas y barcos. "Desde 1000 metros de altura, se distinguen perfectamente las formaciones, las baterías, la caballería y todos los elementos de un plan de ataque". Y submarinos "a varios centenares de metros bajo las olas, cualquiera que sea su agitación, lo que no es posible obtener a bordo de un acorazado". Para mayor sorpresa, el sabio estaba abocado a la construcción de un submarino, como revela una carta de ese mismo año dirigida al ingenieroTeodoro Elmore.

La Guerra y la Navegación Aérea concluía en que las aeronaves ideales para nuestra fuerza armada eran los dirigibles, que servían no solo para el reconocimiento, sino para dejar caer sustancias explosivas y eran difícilmente combatidos salvo por los propios dirigibles. Pese a ello, Paulet no estaba completamente convencido de que el Perú debería importarlos del extranjero, apostando por el desarrollo de una tecnología propia.

"Lo que deben sobre todo ya no nuestros patriotas sino aún los hombres de deportes y de estudio, es formar un club de aerostación, que serviría no solo para fomentar los esfuerzos meritorios de nuestros inventores sino también para formar aeróstatas, que serán útiles tanto ya en la emergencia de una guerra cuanto en tiempo de paz, a la industria, al comercio y a la ciencia."

Se refería a él mismo, que había diseñado una nave espacial años antes en Europa; a Carlos Tenaud, quien inventó en Francia un singular aeroplano; y a Adrián Solórzano, afroperuano que inventó en Tacna un pequeño biplano que consiguió elevarse algunos metros del suelo. Entre otros.

El club de aerostación se materializó en 1910 bajo el nombre de Liga Pro Aviación, después que Jorge Chávez sobrevolara Los Alpes por primera vez en la historia de la humanidad. Con entusiasmo por la hazaña, la Liga Pro Aviación consiguió que Juan Bielovucic, peruano formado en Francia como aviador, viniese a realizar el primer vuelo de un aeroplano en Lima en enero de 1911. Evento cuyo éxito dio origen a la Fuerza Aérea Peruana.

Paulet sabía que su invento estaba adelantado a su tiempo y solo sería posible en una sociedad industrializada. Pese a su prédica por industrializarnos, nunca consiguió las condiciones para realizarlo en el Perú. Irónicamente, en los años 1930, Wernher von Braun, de la Sociedad Astronáutica Alemana, aplicó su invento de un motor a reacción en misiles y, décadas después, en el lanzamiento del Apolo XI, para la NASA.

No obstante, nuestras posibilidades de una sinergia entre la guerra y la tecnología siguen abiertas. El Perú debe y puede aprovechar su actual bonanza económica. Si los países vecinos ponen en órbita satélites con fines bélicos pero también para impulsar la ciencia, el comercio y la industria propios, el Perú no puede quedarse atrás.

JUAN BIELOVUCIC

Juan Bielovucic se convertiría en 1913 en "el vengador" de Chávez al sobrevolar los Alpes por la misma ruta que siguió su amigo. Aunque se le apagó el motor en pleno vuelo, pudo planear y aterrizar exitosamente. Luego peleó en la Primera Guerra Mundial por Francia, en el famoso escuadrón aéreo Las Cigueñas. Francia lo considera un héroe. En 2013, los peruanos debemos celebrar el centenario de su hazaña.

(*) Vicepresidente de la ONG Círculo de Arena.


NOTA DEL EDITOR

Se agradece aporte del señor Presidente de PROMARPE Sede Central, por la edición virtual del artículo publicado el 01/06/2012 en el Dominical del Diario El Comercio.