EL MAR: Bien Común de la Humanidad
El mes de octubre recordamos el descubrimiento de América por Cristóbal Colón -Cristoforo Colombo, navegante de origen genovés-, al mando de la expedición española que toca tierra del Nuevo Mundo, continente bautizado en honor al mérito del navegante italiano Américo Vespucio -Amerigo di Vespucci-.
Europa y América unidos por el mar, festejan este mes el encuentro de dos mundos comprometidos con la historia por la promoción de la cultura y el patrimonio marítimo mundiales. Compromiso que desafía nuestra imaginación y creatividad por promover y proteger nuestra identidad marítima global -de planeta azul por los océanos-, a través de un mes marítimo mundial, toda vez que la Unión Europea toma la iniciativa cuando señala:
«Los ciudadanos europeos han crecido escuchando las historias de los grandes exploradores que les permitieron comprender que la Tierra era redonda y ubicar adecuadamente en ella los continentes. Muchos de esos ciudadanos disfrutan de las vacaciones en la costa, del bullicio de los puertos pesqueros, de las mariscadas en los restaurantes y de los paseos por la playa junto a las olas rompientes. […] Pero, ¿cuántos de ellos son concientes de que son ciudadanos de una Europa marítima?» Extracto del Libro Verde «Hacia una futura política marítima de la Unión: perspectiva europea de los océanos y los mares» Capítulo VI Recuperando el patrimonio marítimo europeo y reafirmando la identidad marítima de Europa.
El objetivo de promover la celebración mundial del mes del mar, consiste en incrementar la visibilidad global de los sectores marítimos con base sustentada en las mejores prácticas para apoyar el desarrollo y bienestar futuro de la humanidad desde un enfoque integrado de los asuntos marítimos mundiales. Así mismo, un segundo objetivo consiste en garantizar mantener los contactos comprometidos con esta tarea mundial y la constante consulta con los interesados.
El objetivo de promover la celebración mundial del mes del mar, consiste en incrementar la visibilidad global de los sectores marítimos con base sustentada en las mejores prácticas para apoyar el desarrollo y bienestar futuro de la humanidad desde un enfoque integrado de los asuntos marítimos mundiales. Así mismo, un segundo objetivo consiste en garantizar mantener los contactos comprometidos con esta tarea mundial y la constante consulta con los interesados.
Por otro lado, enfocando nuestra visión en el mar como primera línea de defensa y seguridad, el mes de octubre rememora para los peruanos y para las marinas del mundo la hazaña del epónimo héroe de Angamos y paradigma del derecho internacional humanitario -el almirante Miguel Grau-, quien vislumbró la unión de las repúblicas iberoamericanas formando una sola nación protegida y sostenida en sus marinas, en sus propias palabras:
«La civilización debe a la marina gran parte de su notable desarrollo; donde quiera que arribe un buque lleva un germen de progreso: las ciencias, las artes, el comercio, la industria, han sido esparcidos por el mundo por medio de la navegación, y por ella las naciones más separadas han estrechado sus relaciones y tienden al engrandecimiento común.
Una misión importante y trascendental está reservada a la marina de nuestras Repúblicas: el sostenimiento de su autonomía y de sus instituciones, cuando por principios y conveniencias aparezcan, en un caso dado formando una sola nación; cuando una marina respetable enarbolando el pabellón de la alianza haga prevalecer sus derechos, nada tendremos entonces que temer, nuestros actos serán juzgados con la justicia que debe reinar en el mundo de la civilización y habremos afianzado nuestro porvenir.
A la presente generación toca pues preparar el camino de la preponderancia americana» (Miguel Grau, 1877)
Una misión importante y trascendental está reservada a la marina de nuestras Repúblicas: el sostenimiento de su autonomía y de sus instituciones, cuando por principios y conveniencias aparezcan, en un caso dado formando una sola nación; cuando una marina respetable enarbolando el pabellón de la alianza haga prevalecer sus derechos, nada tendremos entonces que temer, nuestros actos serán juzgados con la justicia que debe reinar en el mundo de la civilización y habremos afianzado nuestro porvenir.
A la presente generación toca pues preparar el camino de la preponderancia americana» (Miguel Grau, 1877)
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